El placebo del viernes
No hay como esa sensación de libertad que se genera cuando llega el viernes: así esté con miles de cosas pendientes, como que la mente razona de cierta forma que permite imaginar el mundo que le espera lleno de sexo, drogas y alcohol como dicen los roqueros.
Pero la realidad es que llegas a tu casa y te dan ganas solo de tumbarte en ese cómodo sofá, prender el tele y dormirte una peli. Solo te permite pestañear el hambre que te dá y eso que si podés pedir a domicilio es una opción.
Ahí es donde pensás, donde se fue mi juventud? Antes podía durar días de parranda con energía todo el tiempo y turnarme de fiesta cada viernes. Al parecer ahora las prioridades son otras: si tenés hijos querés llegar a verlos, si tenés pareja querés llegar a arruncharte, si estás soltero de pronto querés salir a tomarte algo o hacer algo tranqui, pero la mayoría solo quiere quedarse en la casa durmiendo.
Sin embargo, pese a eso, la sensación de libertad perdura. Es como si fueras alguien encerrado por días sin ver la luz del sol y cuando te dicen que llega el día de recibirla, te emocionas tanto que cuando salís no sabes qué hacer. Para que no desaparezca, aplazas conversaciones que te van a generar intranquilidad, aceleras procesos que querés que terminen, entre otras cosas, para que perdure eso que te genera sentirte vos, único e irrepetible!.
Vos qué haces para que perdure ese placebo magnífico de libertad? Dulces sueños en el sofá!
Besos 💋