Un energizante a sorbos

Solo una persona en la vida la cual amé con cordura me ha dicho que yo tengo demasiada energía. Estoy por pensar que algunas personas nunca superan esos niveles que tienen de pequeños y parecen máquinas funcionando todo los días. 

Sin embargo, nuestro cuerpo y nuestra mente se cansa un montón, solo que obviamos que estamos cansados para cumplir con lo que toca, responder con lo debido y sentirnos productivos. Como estamos en modo automático ya ni percibimos que estamos agotados. 

Nos dejamos llenar la cabeza de que la única forma de ser eficientes es levantarnos re temprano, hacer deporte sin supervisión, hacer dietas estrictas, trabajar sin descanso porque cada minuto es valioso e irnos a acostar re tarde porque hay que terminar lo que nos propusimos para el día o nos impusieron en el trabajo. 

Salieron aplicaciones, redes sociales, agendas, entre otros, con fórmulas productivas según el discurso, ritmo de vida y características de la persona. Pero y si sólo quiero estar tumbada en la hamaca viendo el abanico? Si quiero dormir hasta las 9 de la mañana y quedarme en cama observando la media que me quité el día anterior? Eso es concebido como uno de los pecados capitales mencionados por ahí: la pereza 🤔? 

Al parecer entendimos todo mal: la productividad no puede ser sinónimo de dependencia a rutinas prestablecidas que nos negamos a aceptar que tenemos. Conseguir ser eficientes en cualquier cosa que hagamos debe depender de la realización de la tarea- sea cual sea- donde se tenga el equilibrio y bienestar requeridos para que la mente , cuerpo - y si crees en el alma- puedan convivir y no enfermarte. 

Bajale al ritmo que te agotas y de paso a los demás. Así que te invito a no sentir culpa por lo que sentís y más bien revisa que podés hacer para equilibrar. 

Besos 💋



Entradas más populares de este blog

Lo pasajero

Me lo merezco

Navegando